¿Es mejor un tipo de cambio más alto?
El gobierno de Javier Milei ha reafirmado su esquema de bandas cambiarias en el inicio de una nueva etapa. A pesar de que algunos en el mercado comienzan a cuestionar su viabilidad, la reciente calma del dólar parece haber traído un respiro temporal. Luis Caputo, un referente del gobierno, defendió esta estrategia, afirmando que “las bandas cambiarias han sido muy efectivas en los inicios de programas de estabilización”. Aunque ya han pasado seis meses desde la implementación, Caputo subrayó que “todavía no es el momento para una flotación libre”.
En este contexto, Marina Dal Poggetto, directora ejecutiva de Eco Go, compartió su análisis sobre la estrategia cambiaria del gobierno. Según ella, la descompresión financiera logró estabilizar las expectativas a corto plazo. Sin embargo, también advirtió sobre las crecientes tensiones en la economía real debido al atraso cambiario, señalando que “sería preferible tener un tipo de cambio más alto”.
Marina Dal Poggetto sobre el valor del dólar
Dal Poggetto fue clara al alertar que abrir la economía rápidamente con un dólar barato podría acarrear problemas para algunos sectores. “Esta apertura en un contexto de tipo de cambio atrasado va a causar daño”, enfatizó, refiriéndose a la pérdida de competitividad que pueden sufrir las industrias locales ante productos importados más baratos.
Además, analizó la reciente dinámica económica, indicando que desde abril de 2024, la economía ha estado en una especie de “zigzag hacia abajo”, marcando un pico en febrero pero sin lograr consolidarse.
Otro aspecto que destacó sobre el futuro del esquema cambiario fue que no vislumbra sorpresas. Según su perspectiva, el gobierno no tiene intenciones de modificar las bandas cambiarias, que se actualizan diariamente a un ritmo equivalente al 1% mensual.
El efecto del crédito en la economía
Una de las razones del freno en la recuperación económica, según Dal Poggetto, es el crédito. La eliminación de controles de capitales, combinada con la escasez de divisas, provocó un aumento significativo en las tasas de interés, encareciendo el financiamiento y aumentando la morosidad, tanto en empresas como en familias. “Esa suba tan abrupta en la tasa te frenó el nivel de actividad”, sintetizó.
A pesar de la reciente baja en las tasas y un ambiente financiero más calmo, la economista prevé un rebote hacia fin de año. Sin embargo, advirtió que el promedio global oculta diferencias marcadas que responden a un nuevo esquema de precios y a la apertura comercial.
Dal Poggetto mencionó que sectores como la energía —impulsada por Vaca Muerta— y el sistema financiero han sido favorecidos en el contexto actual. En el lado opuesto están los “perdedores”: la industria, que sufre por mayores costos en dólares y la competencia extranjera; la construcción, que enfrenta una pausa en la obra pública, aunque con ciertas expectativas en cuanto a créditos; y el turismo, que se encarece en dólares frente a otros destinos de la región.